El Bidasoa se prepara para afrontar una nueva aventura. Jacobo Cuétara y sus jugadores tratarán de no defraudar. A ser posible, sin sobresaltos externos como los que han determinado el paso de las últimas dos temporadas. El club ha aguantado la embestida, sin poder llevar adelante el proyecto que suponía un paso al frente en todo. Ante un nuevo reto, el equipo presenta cambios y el orden jerárquico, también. El brazalete de capitán cambia de patrón, pero el barco sigue siendo el mismo. Jon Azkue (Orio, 1994) inicia su undécima temporada en la tosta de Artaleku. Le llega el momento de asumir una mayor responsabilidad y liderar a sus compañeros sabiendo cuáles son los valores de un vestuario, muchas veces clave en el devenir de los acontecimientos.
Temporada nueva, traje nuevo y nuevas responsabilidades. El brazalete de capitán ¿te cambia la vida?
-Cambia en el sentido de que ahora tiene un nombre lo que hago o lo que siempre he intentado hacer, que es ayudar al máximo al equipo y al club, desde dentro de la pista y también fuera de ella, intentando hacer las cosas desde el mayor compromiso y de la mejor manera posible. Está claro que habrá ciertos momentos en que me vaya a cambiar la vida, pero cuanto más natural lo lleve, será mejor.
Durante mucho tiempo, Iker Serrano fue quien lo llevaba. ¿Te fijabas en él, qué valorabas de su trabajo en las relaciones de unos con otros?
-Siempre me fijo mucho en la gente que tengo alrededor y la forma en la que actúan. Iker ha sido sin duda una de ellas. Ya el año pasado estuve cerca de él, más que nunca, para aprender lo máximo de cómo gestionar un grupo. Admiro su capacidad de socializar y de hacer a la gente que le sientan cerca para ayudarles con cualquier tipo de problema y para relativizar muchas de ellas.
Su marcha y la de Sergio de la Salud te salpican en dos direcciones. Una, en cuanto al nuevo compromiso; la otra, en el juego, en la dirección del equipo. ¿Le das muchas vueltas a eso? La situación te va a exigir más y te va a poner a prueba…
-No pienso demasiado en eso. Entiendo que la vida, y el deporte de equipo en concreto, son ciclos, son puertas que se abren y se cierran. Estamos acostumbrados a despedirnos de gente con la que hemos compartido mucho tiempo y de la que hemos aprendido más todavía. El reto es difícil pero bonito, ya que tanto Iker como Sergio, han aportado mucho al equipo. A pesar de eso, me veo con fuerzas y capacitado para afrontar lo que nos viene por delante.
Como decía, traje nuevo. Unos jugadores ya no están. Han venido otros. Las cosas cambian, la necesidad de adaptarse a las personas y al juego que plantea Jacobo, suponen retos. ¿Cómo lo llevan los nuevos?.
-Es complicado llegar a un sitio nuevo y tener que cambiar muchos aspectos del juego, adaptarse a la manera de trabajar, … pero veo a los nuevos muy ilusionados, con ganas de trabajar y sobretodo los veo con capacidad para poder llevar a cabo todo lo que se les pide. Cada vez están más preparados, y estamos más preparados, para hacer frente a lo que nos viene.
La pandemia lo ha cambiado todo, incluso nuestros comportamientos. La gente no ha podido acudir al pabellón, el riesgo de contagio os ha acompañado toda la temporada, las distintas crisis…pese a ello, alcanzasteis el subcampeonato. Ello supone que en el punto de partida, el listón está muy arriba.,,
-¡Y tanto que el listón está alto! Con lo complicado que es alcanzar un subcampeonato de Liga, tenemos que valorar mucho lo conseguido la temporada pasada, pero eso quedó atrás. Debemos mirar hacia adelante. Sabemos que somos el Bidasoa y que se nos va a pedir mucho, pero hay que conocer que todo cambia. Afrontamos a la par de la liga, la EHF European League, además de otras competiciones, que seguro nos van a desgastar mucho, con lo que será complicado repetir lo de la temporada 2020-2021. Obviamente, en nosotros está el trabajar y esforzarnos para intentarlo y quién sabe si volver a conseguirlo.
Si llega un jugador más a la primera línea, soy de los que cree que este año disponemos de un mejor conjunto que el curso pasado. El papel lo aguanta todo…
-Pienso que será complicado comparar. La forma de jugar cambiará un poquito, quizás sea más agresiva a la hora de correr, pero los retos también son mayores. Ojala podamos mejorar lo del año pasado y eso se pueda reflejar en los resultados también, y es mucho decir.
La lesión en tu mano izquierda en un partido contra el Toulouse te ha impedido entrenar con normalidad, jugar amistosos y te va a impedir debutar ante el Anaitasuna…
-Me duele muchísimo está lesión (como todas) porque era mi debut como capitán, jugando en casa, en Orio, después de un largo parón de verano en el que estamos deseando de volver a empezar… Esto me está impidiendo poder entrenar con normalidad y poder prepararme al 100% para la ilusionante temporada que nos espera. Con suerte, podré estar de vuelta con mis compañeros pronto, y así empezar a disfrutar de grandes momentos juntos.
Los primeros partidos de todas las competiciones hay que ganarlos, más allá del nivel de juego. Los puntos allanan el camino y refuerzan la moral…¿Lo tienes claro?
-Lo tengo clarísimo. Nosotros somos un equipo que quiere ganar siempre, siendo conscientes de que muchas de las veces no es con un nivel extraordinario. Entrenamos para jugar bien, dar un buen nivel, pero, sobre todo, para ganar. Empezar la liga puntuando es siempre importante, porque ya empiezas a verte en la parte alta de la clasificación desde el principio, y eso, da mucha confianza.
Llega el Anaitasuna, un clásico para abrir la temporada. ¿Crees que sirve de mucha referencia el partido del torneo de Egia en el que les superasteis con holgura?
-Seguro que será totalmente diferente. Un partido de liga no es lo mismo que un amistoso y teniendo en cuenta que va a ser la primera jornada, más todavía. Existen nervios y dudas de cómo se comportará el equipo porque no deja de ser un debut. Del partido de Egia podremos coger ciertas referencias pero esperamos un partido completamente diferente.
Da la sensación de que los equipos no se han reforzado mucho. Entre otras cosas por la ausencia de recursos. Gente joven, jugadores procedentes de categorías menos o de países que no pertenecen a la élite del balonmano, Salvo excepciones…
-A pesar de todo eso, intuyo un año muy igualado, en el que varios equipos estaremos peleando por las primeras posiciones de la liga, y eso puede dar mucha competitividad a la liga Asobal.
¿Cómo es el Bidasoa que vamos a ver en la cancha este año? Los jóvenes quieren abrirse un hueco y poco a poco hacen camino. ¿Les dices algo, hablas con ellos?
-Será un Bidasoa más rápido, con más contraataque que otros años, ya que por el perfil de jugadores que somos, podremos correr más y apretar más en esas primeras y segundas oleadas. En cuanto a los jóvenes, lo están haciendo muy bien, están aprovechando la oportunidad que se les ha dado y cada vez pueden aportar más al equipo. En lo personal intento ser cercano con ellos, porque es lo que a mí me gustó, y necesitaba, cuando llegué al Bidasoa. Es muy importante poder contar con gente experimentada cerca para aprender lo máximo de ellos.
Cómo intuyes el primer partido ante los navarros. ¿Las claves?.
-Una de las claves puede ser gestionar lo emocional, ese primer partido, ese debut, que a todos nos genera nervios. Y otra de las claves es poder mantener un nivel alto durante todos los minutos de juego, sin altibajos, demostrando una vez más del porqué los últimos años hemos conseguido ofrecer esa regularidad.
La vuelta de los aficionados al pabellón supone un plus indiscutible. Jugar a puerta cerrada, entre silencios, sin el apoyo desde la grada, no es fácil, sobre todo en los momentos de dificultad…
Estamos deseando vivir grandes momentos otra vez junto a ellos. Han sido muchos meses en los que Artaleku ha estado vacío, pero poco a poco volvemos a sentir su fuerza. Estoy convencido de que será uno de los fichajes estrella para esta temporada, la afición.
Un jugador, cuando afronta una temporada, se plantea retos personales y colectivos. ¿Por dónde pasan los tuyos?
-Dar lo mejor de mí para ayudar al equipo y así estar más cerca de conseguir todos los objetivos que nos propongamos. Se dice que uno vive de ilusiones y sueños, trabajaré para cumplirlos, para conseguirlos en equipo, que es como más se disfrutan. Y luego ya veremos a donde nos lleva todo, ojala pueda estar la selección cerca.
Cuando toca asumir mayores responsabilidades, echarse peso en la mochila, a veces los miedos existen ¿Los tuyos?
-Todos los tenemos, pero aprender a convivir con ellos y sacar el máximo partido es la clave. No tengo miedo del equipo. Sé que estamos capacitados para grandes cosas. Juntos siempre somos más fuertes y ayudándonos afrontaremos los miedos individuales.
El balón está a punto de comenzar a rodar de nuevo. Con pega, para que no escape. El Bidasoa es un equipo al que le gusta controlar todo, con poco margen a la intuición. Jon Azkue lo sabe y deberá sujetar bien las riendas de un grupo en el que sentirá el apoyo y la comprensión de veteranos como José Manuel Sierra o Julen Aginagalde, sin olvidarse del papel de Kauldi Odriozola, Ander Ugarte, Rodrigo Salinas, Iñaki Cavero, Mikel Zabala, Xoan Ledo, Tom Tesoriere, Matheus, los nuevos y los más jóvenes. Un pedazo de vestuario, que sigue siendo uno de los principales activos de la entidad. Jon Azkue no se sentirá solo en la travesía nada fácil de llevar con orgullo el brazalete de capitán.