Si no se precipita y juega como sabe, Unai Laso es un pelotari complicado de batir, tanto jugando por parejas como en el mano a mano. Lo ha demostrado muchas veces. No hace mucho tiempo formaba parte de la avanzadilla que reivindicaba un mejor status para el pelotari. Estuvo en el dique seco. Quizás el paro le ayudó a ser mejor y desde que volvió a los frontones anda como potro desbocado.
Jugó la última final del parejas junto a Imaz y rozó el éxito. Acaba de iniciar la liguilla de cuartos de final y en la Zumaia festiva puso de pie a los pelotazales que se dieron cita en el Aitzuri. Acabó con Iñaki Artola (10-22), después de un inicio (4-2) en el que el pelotari de Alegi mostraba buen son. Ofrecía buena sensaciones, pero su compañero de empresa es un volcán en erupción. Primero, con un parcial (0-5) dio la vuelta a la tortilla y una vez que puso la proa no perdió la trazada. El marcador le fue siempre favorable ((5-11, 8-15 y 10-19).
Responde a todo. Da igual que haya sotamanos, voleas, cortadas y dejadas, dos paredes o pelotazos al rebote. ¡’Llega y desespera a sus rivales!. Levanta al público de sus asientos y se ha ganado el respeto de todos (compañeros, medios, aficionados) mientras sigue construyendo su perfil de pelotari. Esta vez elimina a un buen Artola en 51′ después de 224 pelotazos a buena.
(Foto: Noticias de Gipuzkoa-Rubén Plaza)