El Bidasoa eligió el parqué de Artaleku para confirmar la renovación de Julen Aginagalde por una temporada más en la que compaginará su papel de jugador con el de director deportivo, porque entiende el club que preside Gurutz que su hermano es un valor para la dirección deportiva, por trayectoria, conocimiento y experiencia. De hecho, lleva ejerciendo esa labor desde hace unos meses. El nuevo status se presenta como una oportunidad de formular preguntas.
-¿Te costó mucho tomar la decisión de compartir este año, tanto el rol de jugador como el de director deportivo?
-No era una decisión fácil. Seguir jugando y ejercer la dirección deportiva tiene sus complicaciones. Llegó el momento en que la directiva creyó que hacía falta esa figura en el club. Es un reto para mí. Decidí dar el paso adelante, aceptar, sabiendo las dificultades que puedo encontrar en el camino .La ilusión por intentar ayudar al club desde esa nueva responsabilidad pudo más que los problemas que puede acarrear todo eso.
-Durante la próxima temporada, la cohabitación de ambos papeles con el técnico y los jugadores ¿la intuyes fácil o compleja? Supongo que le has dado vueltas.
-Es complicado. Hay que intentar separar las dos funciones. Lo tengo claro, pero entiendo que mis compañeros a la hora de negociar los contratos, fichajes o renovaciones, porque les va la vida en ello, puedan sentirse extraños. Existe un punto de complejidad. Trato de hacerlo de la mejor manera posible, pero es normal que surjan dificultades porque no es algo habitual en estos procesos.
-Da la sensación de que has intervenido en alguno de los fichajes nuevos. Por ejemplo, el guardameta polaco. La portería es una de las principales incógnitas del año que viene, tras la salida de Sierra, que anunció su retirada, y la de Xoan Ledo. ¿Qué lectura haces’
–He tenido que ver en todos los movimientos para la próxima temporada. Llevo tiempo trabajando, aunque hasta ahora no se haya oficializado el nuevo rol. La potería siempre es delicada. Se van dos jugadores que lo han dado todo, tanto Xoan en los años que ha estado, como “Quillo” en los dos últimos. Es un puesto clave. Estamos contentos con los dos porteros que hemos fichado. Creemos que son porteros de futuro y habrá que trabajar mucho con ellos para tratar de que la ausencia de los que se van se note lo menos posible.
–El presupuesto no da para más y se lleva a rajatabla. ¿La plantilla está cerrada?
–Si no pasa nada raro que surja de repente, la plantilla está cerrada. Todos quisiéramos contar con un jugador más, pero hay que buscar la armonía entre lo que pudiera sumar y lo que puede restar a otros jóvenes jugadores que han demostrado mucho valor el curso pasado. Hay que hilar fino por ello. Debería ser relevante para no quitar minutos a los más jóvenes y disponer de una plantilla lo más equilibrada posible.
–Sorprende que un jugador, como Asier Nieto, con contrato en vigor en Huesca, decida cambiar de aires. Clara apuesta de futuro.
-Es un caso especial. Alcanzamos un acuerdo de futuro. Estaba firmado para la temporada 2023-2024. Era una apuesta. Surgió la posibilidad de que él se desvinculara de Huesca un año antes y que pudiéramos adelantar el fichaje. Estamos muy contentos. Es un paso más en una forma de hacer las cosas de modo diferente con previsiones a más largo plazo. En balonmano es habitual ir de temporada en temporada, pero en este caso el planteamiento ha sido diferente.
– Conoces mejor que nadie a los Furundarena, Gorka Nieto, Julen Mujika, Tao, Julen Urruzola, Asier Iribar…se han ganado a pulso la confianza de todos. Son mucho más que un fondo de armario.
–La apuesta del club por la gente joven es clara. Debemos destacar el trabajo de Aitor Etxaburu con el filial para poder sacar lo mejor de estos chicos en el momento más complicado. Cuando han subido al primer equipo y han tenido minutos, han respondido. Estamos muy contentos con su evolución, pero debemos ser conscientes de la edad que tienen. No es bueno quemar etapas, ni acelerar procesos. Jugar en el filial les viene muy bien y creemos que el trabajo que se realiza en la base se refleja en el primer equipo.
-¿Cuál es tu principal preocupación en este momento, desde las dos responsabilidades en las que te mueves?
–Como jugador dar todo lo que pueda en los meses que me quedan, como he hecho hasta ahora. Nada diferente a pelear por todo hasta que los partidos terminan, tratando de ganarlos en todas las competiciones. Las circunstancias y la competición nos pondrán en nuestro lugar, pero la ilusión de ir a ganar todos los partidos es grande. Como director deportivo, que la plantilla sea suficiente, que los fichajes aporten, que podamos dar continuidad al proyecto. Hay jugadores importantes en los que confiamos y queremos que sigan defendiendo la camiseta del Bidasoa y eso puede ser lo más complicado.
–Hay tarea por delante ¡y no fácil!. El Bidasoa debe afrontar renovaciones de calado como las de Jon Azkue, Rodrigo Salinas, Matheus, Mikel Zabala. ¿Es lo prioritario a día de hoy?
–Estamos mirando al presente y también a medio plazo. Y desde hace tiempo estamos preparando la 2023-2024 y en ese sentido hay renovaciones muy importantes que afrontar. Lo mismo que hemos hecho para la formación de la plantilla del inmediato ejercicio. La confianza en estos jugadores que citas es máxima y haremos todo lo posible para que puedan seguir con nosotros.
Cuando en agosto el equipo eche a andar todos sabremos que es el último ejercicio de una carrera deportiva colosal, pero al mismo tiempo que el inicio de otra. Si la resultante es la misma, el Bidasoa se consolidará y Julen Aginagalde se sentirá satisfecho porque es el club que lleva en las entrañas y lo defiende sin disimulo. En la cancha y fuera de ella.