En pleno proceso de cambios en el piragüismo internacional, con modificaciones en las pruebas olímpicas de París, no es fácil adivinar que vaya a suceder. La RFEP debe estructurar barcos para las competiciones que le esperan y los palistas tratar de encontrar acomodo en alguno de ellos. No está fácil, porque en medio existe un relevo generacional.
Es por ello que cabe destacar el éxito de Paco Cubelos e Iñigo Peña en el K2 al conseguir la medalla de plata en la final de 1.000 metros de los europeos de piragüismo de Múnich, por detrás de los alemanes Martin Hiller y Tamas Grossmann, ganadores de la prueba. El piragüista zumaiarra se encontraba satisfecho porque subir al podio siempre reconforta y además anima a emprender nuevos retos. La dupla con Paco Cubelos sigue siendo extraordinariamente rentable